A diferencia del ciclo 2005- 2010, la  cantidad de personas con un sueldo estatal, principalmente en áreas de salud y educación, aumentó 10,7 por ciento, mientras que el número de privados subió apenas 4,4 por ciento, es decir, a un promedio anual menor al uno por ciento.

Para los analistas, ese acercamiento entre público y privado es difícil de sostener en el mediano y largo plazo y se corre el riesgo de sobreestatizar la economía. Los costos extrasalariales para los empleadores subieron entre el 37 % y el 48 %, pero eso no se traduce de manera directa en el bolsillo de los trabajadores. Entre los impuestos y los costos, una gran parte de lo que producimos es derivada para sostener al Estado, afectando la calidad laboral para los aspirantes y empleadores.

Nuestro país tiene 14,5 millones de puestos de trabajo. Según señala el economista Diego Dequino, un tercio de ellos,  4,8 millones, se dan en condiciones de baja productividad, con trabajadores informales que ganan significativamente menos de lo que obtendrían en condiciones formales y que, por lo tanto, movilizan menos el mercado de consumo. Si bien mayor empleo público no implica una mejora en las capacidades resolutivas del Estado, el desafío estaría en que las políticas públicas logren incorporar esos 4,8 millones de trabajadores de la baja a la alta productividad. Para eso, sería necesario que el Estado acompañe al sector privado pero sin inmovilizarlo, ejerciendo menos presiones fiscales y apoyando mayores condiciones de previsibilidad y empleo.

De acuerdo a datos ofrecidos por el Cippec, los empleos públicos en Argentina representan ya el 18 % de los ocupados en todo el país. Si se consideran los últimos 13 años, los empleos estatales han crecido casi un 70 %.  En Córdoba,  si bien el mercado privado posee un alto dinamismo y se trata de una de las provincias menos dependiente del Estado a nivel laboral, la cantidad de personas que no realizan aportes jubilatorios ni de obra social no ha bajado. Las áreas más afectadas son Industria, Construcción y Comercio y la modalidad de contrato que más bajas sufrió fueron los contratos por tiempo determinado. El pronóstico puede revertirse en unos años. Si se mejora la condición de al menos la mitad de los empleados informales, se puede proyectar un crecimiento del 15 % en nuestra economía.